(Artículo de 2016)
Nevermind, el segundo material de estudio de la agrupación estandarte de la ola grunge de Seattle en los noventas (claro que hablo de Nirvana), no sólo representa el salto a la fama de Kurt Cobain, Krist Novoselic y Dave Grohl, también significa el avance definitivo e ilimitado de un sonido sucio, atascado y depresivo; con cantos agresivo y desesperadamente heridos, que salió de las montañas lluviosas y frías de Aberdeen, Washington, y que se trabajó y pulió hasta chocar con su antítesis. Sin mencionar, que dejó caer el telón que cubría a un sinfín de grupos y proyectos influenciados por el punk y el metal de los setentas y ochentas. Todo en una avalancha de éxito y fama que, paradójicamente, desenterró muchos demonios y nos quitó muchas vidas. Nevermind: el disco que superó al Rey el Pop, Michael Jackson y su Dangerous. Que destapó a Seattle como un semillero de grupos que no había logrado ni el mismísimo Jimi Hendrix (oriundo de la mencionada ciudad). Así de extraño e inconexo es el grunge.
La entrada de Grohl y la mutación de sonido.
Nirvana dio un salto astronómico de su disco debut: Bleach, de 1989, que fue grabado a la más pura usanza del punk: más o menos con unos 600 dólares, grabado en una sola toma bajo y la producción de Jack Endino, uno de los nombres básicos de la escena que tomó trabajos de Soundgarden y Mudhoney, por ejemplo. Nevermind empezó por cambiar de alineación a la banda. Kurt Cobain y Krist Novoselic se mantuvieron siempre fieles al grupo; Jason Everman salió de los créditos como guitarrista y Chad Channing en la batería, y una corta participación de Dale Clover, baterista de los Melvins, para dar paso a un maniático de las percusiones: Dave Grohl, y así conformar el trío clásico que recordamos (No obstante, el complemento por parte del guitarrista Pat Smear, en la era In Utero).
Para la grabación de su segundo LP, el visionario productor, y baterista de Garbage, Butch Vig, aceptó el cargo al quedar encantado con la energía de estos tres chicos, principalmente con la de Dave, que, según narra el mismo Vig, golpeaba tan fuerte a la batería que de pronto tenía que decirle, contrario a lo que podría pensarse, que tocara con más suavidad, para que no opacara el sonido de los demás instrumentos. Dave, hasta el día de hoy, toca en ese nivel de brío, en todos sus proyectos. La llegada de Grohl a Nirvana sucedió a partir de que buscaban quién reemplazara el banquillo que dejó Chad Channing. En cierto momento, Krist y Dave presenciaban un concierto de la banda de hardcore-punk, Scream, donde tocaba Dave, y quedaron fascinados con su estilo. Buzz Osbourne, líder de los Melvins y amigo de Kurt y Krist, los contactó con Dave, luego de que su banda se disolviera y, al probar sus alcances en la banda, en palabras de Novoselic: “…todo quedó en su sitio”.
Butch también relata que Kurt no quería hacer grabación doble de su voz, mencionando que sonaría demasiado falso de esa forma. Cosa muy comprensible con la influencia punk que cargaban. Vig lo convenció contándole que John Lennon, héroe de Cobain, así grababa sus piezas. Andy Wallace, quien en su curriculum incluye trabajos para discos de Slayer, se encargó de la mezcla final del Nevermind, cosa que tenía muy contentos a sus miembros y no paraban en halagos y pulgares arriba. No obstante, como relataría Cobain más adelante en una entrevista con el biógrafo Michael Azerrad: “La limpieza y lo lindo de la mezcla es algo demasiado perfecto, una producción que suena hasta frágil… podría ser extrema para algunos si no están acostumbrados a ello, pero, para mí, es una lástima”.
Un parto bajo el agua/La melodía va primero.
“…With the lights out/ it's less dangerous/Here we are now/ entertain us/ I feel stupid/ and contagious…”. Parte de Smells Like Teen Spirit, pieza con la que abre el disco y, sin duda, una de las cinco canciones más tocadas en la historia. He ahí la razón por la cual, Nirvana odiara tanto esa canción. El nombre del sencillo nace de un comentario que hiciera la músico, activista, y escritora, Kathleen Hanna, líder del grupo Bikini Kill y de Le Tigre, quien en ese entonces era pareja de Dave Grohl. Ella le dijo alguna vez a Dave que Kurt olía a espíritu de adolescente, una famosa frase de un desodorante, lo que terminó por cuajar la ironía. Posteriormente se usaría para el nombre del disco que tenía por nombre tentativo: Sheep. Realmente no concibo ese nombre para Nevermind.
“…Come dowsed in mud/ soaked in bleach/ As I want you to be/ As a trend/as a friend/ as an old memoria…”. Escribió Cobain para el corte Come As You Are. Una referencia clara a su primer LP, Bleach, que tomó su nombre a partir de una ridícula campaña anti-drogadicción de su localidad, que ya no pretendía exhortar a la juventud a evitar las drogas, sino que, sugería que, si se iban a drogar, lo hicieran seguros de que las agujas que utilizasen, fueran nuevas, para evitar contagiarse de SIDA. De ahí Bleach, Lejía, usada para desinfectar. El corte originalmente apareció en los demos con el título de: Immodium.
La icónica portada del bebé persiguiendo al dólar surge del concepto de "nacimientos bajo el agua". Alguna vez, Kurt escuchó acerca de ese procedimiento y quedó tan impactado que lo plasmó en la portada. El bebé que aparece en la imagen es Spencer Elden, es hijo de Rick Elden, amigo de Kirk Weddle, fotógrafo encargado de hacerla. Cabe mencionar que a los padres del niño les pagaron 200 dólares por la sesión y que, de hecho, se produjeron dos tomas: Una censurada y otra donde se pueden notar los genitales del niño. Kurt dijo a la disquera que aceptaba la versión censurada sólo si se incluía la leyenda: "Si te incomoda esto, tal vez seas un pedófilo encubierto". “Even if you have/even if you need/I don't mean to stare, we don't have to breed/We could plant a house, we could build a tree/I don't even care, we could have all three”, reza el coro del corte de apertura, Breed.
Dave Grohl relató, posterior a la muerte de Cobain, que siempre respetó su regla de: “Primero va la melodía, luego la letra”, para poder comprender mejor las canciones de Nirvana, debemos saber eso. “He's the one who likes all our pretty songs/ And he likes to sing along/ and he likes to shoot his gun/ But he knows not what it means/Knows not what it means/ and I say…”, canta la letra de In Bloom, que va directamente dedicada a las personas que solo gustaban de las canciones “más lindas”, las aprendían casi de memoria pero realmente no tenían nada en común con el sentir generacional, mucho menos con el reclamo social, la apertura mental ni la imperiosa necesidad de pensar.
Legado
“Polly says her back hurts/She's just as bored as me/She caught me off my guard/Amazes me the will of instinct…”. Claramente notamos una falsa entrada en el corte, Polly, que a Butch Vig le pareció un detalle que debería permanecer en el disco. Polly relata la relación que se forma entre un captor y su víctima. Una suerte de síndrome de Estocolmo llevado a una de las piezas más tocadas del disco. Kurt leyó la historia de una chica que había sido secuestrada y abusada en Tacoma, Washington. Generó confianza con el secuestrador y aprovechó un momento de descuido para escapar. Fue tan impresionante que compuso la canción basado en esa experiencia.
Existe una canción oculta llamada Endless Nameless, que aparece a los, más o menos, diez minutos del final de Something in the way. El detalle es que, quien haya adquirido la primera edición del Nevermind, no conoció esa pieza. En la mezcla final, simplemente, se olvidaron de ponerla. Por ello sólo aparece en las reediciones. Endless Nameless nace del hartazgo de la agrupación en la grabación maratónica de Lithium. Una improvisación que han ejecutado muchas veces en vivo. “I'm so happy/ 'cause today I found my friends/ they're in my head/ I'm so ugly/ that's okay, 'cause so are you/We broke our mirrors…”. Lithium es una referencia al compuesto activo de los antidepresivos, una constante en la vida de Kurt. "La música me ha dañado físicamente en dos sentidos. Tengo una irritación en el estómago, provocada por la rabia y los gritos", comentó alguna vez, el cantante, al periodista, músico y productor británico, Bob Stanley. "También tengo escoliosis, una desviación de la columna, que se ha agravado con el peso de la guitarra. Siento dolor a todas horas, lo cual contribuye a la rabia de nuestra música. En cierta manera le estoy agradecido", confesó.
Kurt Cobain estaba menos que preparado para lo que vio llegar. Ser el foco mundial de atención durante tanto tiempo es una carga imposible de llevar para una sola persona. Nunca se imaginó que sus influencias y héroes como los Melvins, Sonic Youth, Mudhoney, Pixies, Flipper, los Meat Puppets o hasta el mismo Daniel Johnston, hubieran pasado por algo tan complicado como lo es la fama.Tal vez nadie lo notó, ya que, Kurt, no era la persona lúgubre y triste que los medios hacen pensar. Él era un performance constante, un personaje que inyectaba ironía en cada foto y entrevista en la que participaba. Un buen amigo y una mente que nunca estaba quieta. Muchas veces mencionó que, la rigurosidad de las giras, la demanda total de tiempo que conllevan, lo mantenían alejado de su familia por mucho tiempo, en especial de su hija Frances. Y que, lo más triste que le tocó vivir, fue cuando ella no lo reconoció después de un buen tiempo fuera. “Es mejor arder, que consumirse lentamente”. “Underneath the bridge/The tarp has sprung a leak/And the animals I've trapped/Have all become my pets/And I'm living off of grass/And the drippings from the ceiling/But it's okay to eat fish/'Cause they don't have any feelings…”. Parte de la lírica de Something In The Way, corte que cierra el disco.
Hay dos discos que resumen el caos que la juventud vivía en los noventas, la famosa Generación X, tan “desbocada” e inquieta: El Ten, de Pearl Jam y, por supuesto, el Nevermind de Nirvana. Una salida para que la juventud viera la luz y se alejara de la represión, propia y ajena: disturbios sociopolíticos, temas en boga desde los ochentas, como el SIDA y la alta estadística de divorcios que mantenía a los chicos en estrés constante; el abuso en casa, en las escuelas; la poca esperanza en el futuro que aún se ve complejo. El Nevermind y Nirvana son trozos tan importantes de la historia que, de ser arrancados de ella, la humanidad misma tomaría un camino completamente opuesto.
Víctor P.
Víctor P.
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