(Artículo del 2017)
50 años cumple The Velvet Underground And Nico, LP con el que debutan como banda: Lou Reed, John Cale, Maureen Tucker y Sterling Morrison, y que está incluido en el lugar 13 dentro de los 500 mejores discos de la historia, aunque, para mí, podría estar fácilmente en el tercer lugar. Producidos por Andy Warhol, abanderado del movimiento Pop-Art fundado a mediados de los 50s, consistente en plasmar elementos de la cultura pop (comics, cine, publicidad) e insertarlos en un elemento artístico, homogenizando el contexto elitista de las Bellas Artes con la cultura popular, integrando un elemento kitsch, equilibrando y aterrizando las disciplinas. Instigados por su manager y productor (Warhol), fue integrada a la alineación de la banda, la actriz y modelo alemana Christa Päffgen, mejor conocida como Nico. A regañadientes de todos los miembros de la agrupación, ya que, suponían que no necesitaban una aportación más a las voces, ya que Cale y Morrison hacían las veces de coros y Maureen tenía un buen registro vocal. No obstante, la entrada de Nico a la nómina de The Velvet Underground, le aportó un halo lúgubre a las, per se, oscuras, frenéticas y viscerales composiciones de Reed.
Es incongruente que, actualmente, la revista Rolling Stone hace mucho alboroto con esta obra de arte ya que, en 1967, año de su publicación, no se tomaron la molestia ni de reseñarlo. Igualmente, muchos "conocedores" y "expertos" en música lo despreciaron debido a su temática, que aborda abiertamente temas acerca de drogas, prostitución o sadismo, que contrastan de manera brusca con la música pop de aquel entonces. “I´m Waiting For The Man”, el segundo tema del LP. Escrita por Lou Reed habla de su dealer de confianza, al favorito o habitual, que para fin del caso, el tipo que le vendía su heroína en un momento fuerte de expansión de las drogas duras, acompañado de un sonido que puentea el garage puro con el rock experimental y el art-rock y el proto-punk: “Twenty-six dollars in my hand/Up to Lexington, 125/Feel sick and dirty, more dead than alive/I'm waiting for my man”, al igual que el quinto corte: “Run, Run, Run”, composición tan psicotrópica, acoplada al blues-rock como su letra alucinante sacada de un viaje profundo en ácido. Otro ejemplo con el cuarto tema: "Venus in Furs", un fantástico momento que recrea, casi literalmente, la novela erótica de escritor austriaco Leopold von Sacher-Masoch, haciendo alegoría, al mismo tiempo, al BDSM: “Shiny, shiny, shiny boots of leather/Whiplash girlchild in the dark/Comes in bells, your servant, don't forsake him/Strike, dear mistress, and cure his heart/Downy sins of streetlight fancies/Chase the costumes she shall wear/Ermine furs adorn the imperious/Severin, Severin awaits you there/I am tired, I am weary/I could sleep for a thousand years…”, todo ello envuelto en un capullo sonoro proto-punk que de pronto lleva a lo más depresivo de las cuerdas de Cale, a la voz de Reed. En “There She Goes”, track 8, relatan la historia de una chica que sufre abusos por parte de su pareja. Parte de la violencia, tan real siempre, que la gente no estaba dispuesta a ver: “There she goes again/She's knocked out on her feet again/She's down on her knees, my friend/But you know she'll never ask you please again/Now take a look, there's no tears in her eyes”. Por supuesto que está, también, el corte número 7 del disco: “Heroin”, que es , descaradamente, la descripción de la experiencia de estar drogado. La canción inicia pasiva, como avanzando por un pasillo oscuro, sintiendo los efectos de los químicos en el cuerpo, hasta reventar con violencia con las percusiones de Maureen que parecen ser palpitaciones aumentando con el éxtasis sintético. De tal suerte que, resultó un fracaso financiero, pero, paradójicamente, un hito histórico.
Vayamos un poco atrás y entendamos la mente de su líder, Lou Reed: Hijo de una reina de belleza y un exitoso contador, navegando en el falso patriotismo y la doble moral de una clase media henchida por la guerra y su hipócrita heroísmo. Reed, no podía demostrar lo contrario a ello y al machismo de una sociedad que, justo como ahora, en aquellos tiempos debía corregir ciertos “errores”. Lou, adolescente, fue sometido a una terapia de electroshocks cuando sus padres notaron cierto comportamiento homosexual en su él, porque –¿cómo es posible que una “enfermedad” así ataque a alguien? –se preguntaban resguardados desde su trinchera ignorante. A causa de ello, Lou tenía una débil memoria a corto plazo, por lo que olvidaba rápidamente lo que leía. Estaba inspirado en los escritores de la oleada Beat, como Burroughs, Kerouac, Sacher-Masoch, y Ginsberg, cosa que se ve muy marcada en sus líricas. Luego tuvo la idea de que, ese universo de proxenetas, drogadictos y sadomasoquistas podría pasar de la literatura a la música, y ya que muchos tenían por afición leer de estos temas, seguro escucharían su música. En su opinión: “Ese es el tipo de cosas que deberías leer. ¿Por qué no lo escucharías? Te diviertes al leerlo, y te divierte al rockear con ello.". La sociedad y los “expertos” pensaban distinto al estudiante de la Licenciatura en Artes de la Universidad de Siracusa.
Todas las canciones fueron escritas por Lou Reed, a excepción de “European Song”, coescrita con Mo Tucker y “Sunday Morning”, con John Cale, un emblema de la era hippie que estaba en efervescencia. Gran dosis de psicodelia; una entrada un poco demasiado inocente todavía; cercano a los Kinks o a los Stones, yendo en contraposición con los Beatles, que en ese tiempo hacían sonar, en todo el mundo, “Yesterday”. Su importancia es tal que la escena punk, post-punk y el dark wave, influenciaron poderosamente a su sonido. Era el adelantado movimiento glam-rock y la pieza faltante del punk que hervían en ellos.
Lou Reed tenía ya la mayoría de las canciones escritas para cuando Nico entró, a la cual, no le permitían ser parte de ningún proceso de composición, ni observar mucho de lo que se estaba gestando, pero Andy quería a Nico en la banda para su gira previa a la grabación del material, para lo que grabó, en un lugar de Los Ángeles, llamado The Trip, su “Exploding Plastic Inevitable”, que no era más que el collage de luces, psicodelia y filmes recientes que puso en acción en The Factory, el estudio de Warhol, todo ello con The Velvet Underground y Nico ejecutando su música. Todo ello superó a la subcultura del momento, pero los llevó a una grabación express del disco, que en sólo 4 días estaba listo, y todavía era 1966. John Cale se encargó de agregar el elemento experimental al disco, los arreglos y las técnicas que había aprendido con su época con el fenomenal John Cage. Cale y Reed se entendían perfecto. El gran Lou ya tenía mucha experiencia con la variación de afinaciones en la instrumentación, de hecho, inventó la guitarra ostrich cuando tocaba en su primera banda, The Primitives. La finalidad de la ostrich es tener afinadas todas las cuerdas en una misma nota. Esto creo el sonido de piezas como “Venus In Furs”, y la fúnebre “All Tomorows Parties”, una de las canciones donde la voz grave de Nico ensambla increíblemente, resonando como una pieza neo-folk, art-rock con ese sonido que John Cale llamaba “sexy”. El elemento más oscuro y disidente era la viola de John Cale.
Con todo y el gran trabajo que representa, muchas disqueras mayores como Columbia se negaron a distribuir el material. Elektra se refirió a la viola de Cale como “despreciable” y las radiosifusoras se negaron a programarlo y como lo mencioné, la Rolling Stone no se interesó en hacerle mención, sumado a que el diseño de la portada de Warhol tardó un año entero en realizarse, pues, su idea inicial era colocar un plátano que pudiera pelarse en verdad. Agregó la leyenda “Peel Slowly and See” (Pele lentamente y vea ), lo que significaba que, el que tuviera una de las 30 mil copias que se lanzaron, podía, literalmente, pelar el plátano y revelar la fruta a todo color. Para 1967, un año después de su grabación, The Velvet Underground estaba casi extinta. Lou Reed decía que se estaba cansando de la experimentación de John Cale y que una canción durase 15 minutos con un solo acorde. Por su parte, Cale se molestaba con Reed por manifestarse como el único líder del grupo. Todos estaban hartos de Warhol, culpándolo de volverlos un espectáculo de fenómenos y se alejaron del artista pop, lo que molestó mucho a Andy, abandonando el proyecto. Para cuando se publicó el disco, ya no había banda que lo sustentara.
Sin embargo, todas estas vicisitudes iniciaron una revolución sonora: David Bowie volteó a Nueva York y se mudó para producir el disco solista de Lou Reed; Iggy Pop dijo sentirse esperanzado con la música al conocer The Velvet Underground & Nico. Brian Eno afirmó que, gracias a esta producción, se dio cuenta que el rock y el avant-garde pueden encontrarse en muchos puntos sonoros. El mundo entero puso atención a Nueva York, ese punto del universo donde todo parecía ser árido, que, sin saberlo, The Velvet Underground puso la semilla para que en la siguiente década, todo un concepto naciera de esa tierra que mucho tiempo vivió en medio de las corrientes sonoras que movieron el mundo. Se había marcado el eje e influencia que cambiaría todo para siempre.
Víctor P.
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