lunes, 25 de noviembre de 2019

Pearl Jam nos arranca la voz una vez más.

(Artículo de 2015)

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28 de noviembre de 2015: el Foro Sol estaba a reventar; atascado; saturado; asfixiado. Parecía que toda la ciudad estuviese ahí dentro. La cita era a las 8 de la noche, sin embargo, pasó casi una hora para que pudiéramos recibir a Pearl Jam. Emocionados y ansiosos ya no podíamos esperar más y, no faltaba quien, a manera de padre regañón, quisiera reclamar el retraso a la banda. Por fin salieron y los gritos de las hordas de fanáticos hacía casi imposible escuchar a Eddie Vedder. ¿Sucedió? Todos fuimos apaciguados cuando comenzaron a dejar salir las notas de “Pendulum”, parte de su más reciente material, “Lightning Bolt”. La velada empezaba lenta, armoniosa, tenue… los gritos se transformaron en coros; la impaciencia se convirtió conmoción, provocada por una de las bandas icono del sonido de los años 90.

Pronto, para dejarnos aún pasmados y amansados, comenzó “Realese”, la pieza de corte balada que cierra el épico LP de 1991: “Ten”. ¡Eran dos canciones apenas y ya estábamos al borde del llanto! Por si fuera poco el ataque directo a la nostalgia y sin piedad cuando "Elderly Woman Behind the Counter in a Small Town" salía de las notas semi-acústicas de la guitarra a la par de la primera estrofa. Atrapados por completo. 
Después de ese inició calmo, pero no por ello débil, las cuerdas de Mike McCready nos regresaban al 91´ con “Why Go”, lo que nos sacó del trance para someternos a una sacudida de regreso a la tierra.  Para no perder ese terreno sonoro, la siguiente pieza seleccionada fue “Mind Your Manners”, también del material más actual. Una pieza sencilla y agresiva, al más puro estilo del punk de la vieja escuela; escuela que Matt, Stone, Mike, Jeff y Eddie conocen bien.
Una más, que estaba en duda y al mismo tiempo es de las de cajón de los de Seattle, es: “Do The Evolution”, que hizo que el Foro Sol estallara en el coro de “It´s evolution, baby!!!”.  La estampa en el firmamento era precisa: Los aviones pasaban fungiendo como ecualizadores; la luna parecía moverse al ritmo de las piezas y el cinturón de orión envolvía las vibraciones de miles de voces. Cielo despejado.
Los “woooooooooohh” del público cayeron al máximo apenas iniciaba “Corduroy”; sin duda uno de los cortes más esperados a escuchar. Seguido de dos piezas más del blasón de la banda, el disco “Ten”, me refiero a “Garden” y la explosiva “Even Flow”, que movieron como un sismo todo  dentro del inmueble: “Even flow/ thoughts arrive like butterflies/ Oh, he don't know/ so he chases them away/ Someday yet/  he'll begin his life again/ Life again/ life again...”.  ¿Podíamos pedir más?
Cambiando de guitarras a algo electro-acústico, sí, para que interpretaran “Daughter”. La voz de Eddie Vedder, ecuánime; firme, profunda.  “La felicidad es un acto de desafíos”, expresaba Vedder en un español lento, pero directo.
Eddie se manifestó en contra de las acciones violentas que hemos vivido últimamente, en específico, el lamentable ataque al Bataclan, recinto clásico de París, donde esa noche tocaban los Eagles Of Death Metal, proyecto alterno de Josh Homme (Queens Of The Stone Age) y Jesse Hughes. Posiblemente en México no es muy conocida aún la banda, ya que hicieron un gran cover de “I Want You So Hard (Boy's Bad News)” y el público se mantuvo calmo.
El momento más profundo y triste de la velada llegó con “Sirens”: "Nos gustaría tocar esta canción en memoria de un joven que murió demasiado pronto, a los 25 años, su nombre es Fernando y le encantaba la banda. Su familia está aquí. Fernando esta es para ti”, declaraba Eddie.  “Given to fly” terminaba de colocarnos en la introspección y la pieza “You are”, del LP, “Riot Act”, comenzó a sacarnos del abatimiento. “Lightning Bolt”, pieza homónima del tour y de su más reciente disco y, el trancanzo que representa “Rearviewmirror”, nos mandaron al primer encore.
"Después de los atentados en París, creemos que esta canción debe ser tocada, por favor enciendan sus celulares", exhortó el líder de la banda. Entonces ejecutaron un cover que han ido tocando durante la gira; la canción-himno: “Imagine”, de John Lennon.
En esa misma esencia, la del cover, y la de la paz evocada, comenzó otro gran cover, uno que confirmó el tamaño de banda que es Pearl Jam, y el tamaño de músicos que son; en especial Mike. "Comfortably Numb", de Pink Floyd. Una canción que no es fácil, nada fácil, ejecutada como si fuese de su propio catálogo. Nadie se podía quedar sin cantar.
Regresamos al alarido y a la estridencia con “Animal”. El contagioso reclamo social de la banda en contra del comportamiento humano, tan incongruente: “…i'd rather be.../ i'd rather be with... /i'd rather be with an animal…”. Seguida de “Save You”, una pieza potente que revivió la esencia de lo noventero en uno de los momentos de madurez musical e ideológica de los herederos del estandarte grunge.
¿Cuántas botellas de vino llevaría Eddie Vedder para cuando llegamos a “Black”? No nos invitó, no importa,  ¡llegamos al momento “Black” del concierto! Ahí participan todos los encendedores (ya más modernos, los celulares). Seguro muchos ensayaron para ello.
“Porch” nos mandaba al segundo encore. Luego fuimos testigos de uno de los momentos especiales de Pearl Jam: “Jeremy“: “Daddy didn't give affection/ no! / And the boy was something that mommy wouldn't wear / King Jeremy The Wicked/ Ruled his world. El mundo se detuvo para cantarla. Todo se condensó en el instante que Eddie nos invitó a cantar las mañanitas para el cumpleañero Matt Cameron, que esa noche, a manera de recital, celebraba su onomástico número 53. “Happy Birthday, dear Matt…”.
Creo que para cuando tocaban “Better Man” y, seguida, “Alive” ya no tenía voz; cantar dolía, las palabras salían roncas; pero la emoción daba fuerza: sinergia. Templando el aguante físico, “Rockin´in the freeworld”, el cover de Neil Young que no podían dejar fuera, transformaba al Foro en un desquicio (lo que no entiendo es ¿por qué lanzar los vasos como simios lanzando…?).
Ya habíamos perdido la noción del tiempo. Cantando, bailando, gritando, lanzando cosas sin razón aparente. Pudieron ser las 9 de la noche, las 11, las 3 de la mañana o incluso una semana después, pero no importaba, ahí estaba Pearl Jam, cerrando la gira latinoamericana; terminando un concierto inigualable; impecable; poderoso e inolvidable. Cerrando con “Yellow Ledbetter”, como se debe acabar una presentación de un grupo de esa escala y esa carrera. Lo que representa una banda amiga.. Entregando hasta la última gota de sudor; el último suspiro y el último acorde esperando a la siguiente gira y así, deseamos, por muchos, muchos años más de trayectoria. Grande es, Pearl Jam, larga vida, Pearl Jam.  

Víctor P.



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