(Artículo de 2015)
28 de noviembre de 2015: el Foro Sol estaba a reventar;
atascado; saturado; asfixiado. Parecía que toda la ciudad estuviese ahí dentro.
La cita era a las 8 de la noche, sin embargo, pasó casi una hora para que
pudiéramos recibir a Pearl Jam. Emocionados y ansiosos ya no podíamos esperar
más y, no faltaba quien, a manera de padre regañón, quisiera reclamar el
retraso a la banda. Por fin salieron y los gritos de las hordas de fanáticos
hacía casi imposible escuchar a Eddie Vedder. ¿Sucedió? Todos fuimos
apaciguados cuando comenzaron a dejar salir las notas de “Pendulum”, parte de
su más reciente material, “Lightning Bolt”. La velada empezaba lenta,
armoniosa, tenue… los gritos se transformaron en coros; la impaciencia se
convirtió conmoción, provocada por una de las bandas icono del sonido de los
años 90.
Pronto, para dejarnos aún pasmados y amansados, comenzó
“Realese”, la pieza de corte balada que cierra el épico LP de 1991: “Ten”.
¡Eran dos canciones apenas y ya estábamos al borde del llanto! Por si fuera
poco el ataque directo a la nostalgia y sin piedad cuando "Elderly Woman
Behind the Counter in a Small Town" salía de las notas semi-acústicas de
la guitarra a la par de la primera estrofa. Atrapados por completo.
Después de ese inició calmo, pero no por ello débil, las
cuerdas de Mike McCready nos regresaban al 91´ con “Why Go”, lo que nos sacó
del trance para someternos a una sacudida de regreso a la tierra. Para no perder ese terreno sonoro, la
siguiente pieza seleccionada fue “Mind Your Manners”, también del material más
actual. Una pieza sencilla y agresiva, al más puro estilo del punk de la vieja
escuela; escuela que Matt, Stone, Mike, Jeff y Eddie conocen bien.
Una más, que estaba en duda y al mismo tiempo es de las de
cajón de los de Seattle, es: “Do The Evolution”, que hizo que el Foro Sol
estallara en el coro de “It´s evolution, baby!!!”. La estampa en el firmamento era precisa: Los
aviones pasaban fungiendo como ecualizadores; la luna parecía moverse al ritmo
de las piezas y el cinturón de orión envolvía las vibraciones de miles de
voces. Cielo despejado.
Los “woooooooooohh” del público cayeron al máximo apenas
iniciaba “Corduroy”; sin duda uno de los cortes más esperados a escuchar.
Seguido de dos piezas más del blasón de la banda, el disco “Ten”, me refiero a
“Garden” y la explosiva “Even Flow”, que movieron como un sismo todo dentro del inmueble: “Even flow/ thoughts
arrive like butterflies/ Oh, he don't know/ so he chases them away/ Someday
yet/ he'll begin his life again/ Life
again/ life again...”. ¿Podíamos pedir
más?
Cambiando de guitarras a algo electro-acústico, sí, para que
interpretaran “Daughter”. La voz de Eddie Vedder, ecuánime; firme,
profunda. “La felicidad es un acto de
desafíos”, expresaba Vedder en un español lento, pero directo.
Eddie se manifestó en contra de las acciones violentas que
hemos vivido últimamente, en específico, el lamentable ataque al Bataclan,
recinto clásico de París, donde esa noche tocaban los Eagles Of Death Metal,
proyecto alterno de Josh Homme (Queens Of The Stone Age) y Jesse Hughes.
Posiblemente en México no es muy conocida aún la banda, ya que hicieron un gran
cover de “I Want You So Hard (Boy's Bad News)” y el público se mantuvo calmo.
El momento más profundo y triste de la velada llegó con
“Sirens”: "Nos gustaría tocar esta canción en memoria de un joven que
murió demasiado pronto, a los 25 años, su nombre es Fernando y le encantaba la
banda. Su familia está aquí. Fernando esta es para ti”, declaraba Eddie. “Given to fly” terminaba de colocarnos en la
introspección y la pieza “You are”, del LP, “Riot Act”, comenzó a sacarnos del
abatimiento. “Lightning Bolt”, pieza homónima del tour y de su más reciente
disco y, el trancanzo que representa “Rearviewmirror”, nos mandaron al primer
encore.
"Después de los atentados en París, creemos que esta
canción debe ser tocada, por favor enciendan sus celulares", exhortó el
líder de la banda. Entonces ejecutaron un cover que han ido tocando durante la
gira; la canción-himno: “Imagine”, de John Lennon.
En esa misma esencia, la del cover, y la de la paz evocada,
comenzó otro gran cover, uno que confirmó el tamaño de banda que es Pearl Jam,
y el tamaño de músicos que son; en especial Mike. "Comfortably Numb",
de Pink Floyd. Una canción que no es fácil, nada fácil, ejecutada como si fuese
de su propio catálogo. Nadie se podía quedar sin cantar.
Regresamos al alarido y a la estridencia con “Animal”. El
contagioso reclamo social de la banda en contra del comportamiento humano, tan
incongruente: “…i'd rather be.../ i'd rather be with... /i'd rather be with an
animal…”. Seguida de “Save You”, una pieza potente que revivió la esencia de lo
noventero en uno de los momentos de madurez musical e ideológica de los
herederos del estandarte grunge.
¿Cuántas botellas de vino llevaría Eddie Vedder para cuando
llegamos a “Black”? No nos invitó, no importa,
¡llegamos al momento “Black” del concierto! Ahí participan todos los
encendedores (ya más modernos, los celulares). Seguro muchos ensayaron para
ello.
“Porch” nos mandaba al segundo encore. Luego fuimos testigos
de uno de los momentos especiales de Pearl Jam: “Jeremy“: “Daddy didn't give
affection/ no! / And the boy was something that mommy wouldn't wear / King
Jeremy The Wicked/ Ruled his world. El mundo se detuvo para cantarla. Todo se
condensó en el instante que Eddie nos invitó a cantar las mañanitas para el
cumpleañero Matt Cameron, que esa noche, a manera de recital, celebraba su
onomástico número 53. “Happy Birthday, dear Matt…”.
Creo que para cuando tocaban “Better Man” y, seguida,
“Alive” ya no tenía voz; cantar dolía, las palabras salían roncas; pero la
emoción daba fuerza: sinergia. Templando el aguante físico, “Rockin´in the
freeworld”, el cover de Neil Young que no podían dejar fuera, transformaba al
Foro en un desquicio (lo que no entiendo es ¿por qué lanzar los vasos como
simios lanzando…?).
Ya habíamos perdido la noción del tiempo. Cantando,
bailando, gritando, lanzando cosas sin razón aparente. Pudieron ser las 9 de la
noche, las 11, las 3 de la mañana o incluso una semana después, pero no
importaba, ahí estaba Pearl Jam, cerrando la gira latinoamericana; terminando
un concierto inigualable; impecable; poderoso e inolvidable. Cerrando con
“Yellow Ledbetter”, como se debe acabar una presentación de un grupo de esa
escala y esa carrera. Lo que representa una banda amiga.. Entregando hasta la
última gota de sudor; el último suspiro y el último acorde esperando a la
siguiente gira y así, deseamos, por muchos, muchos años más de trayectoria.
Grande es, Pearl Jam, larga vida, Pearl Jam.
Víctor P.
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