Una ratita estaba a punto de ser pisada por una persona.
Logró quitarse un pisotón y escapar a zona segura. Entonces preguntó:
–¿Por qué deseas matarme, humano?
–Porque eres una plaga –respondió seguro el humano.
–¿Acaso yo pisoteo, destruyo, asesino, incendio, elimino,
erradico, consumo, contamino y extingo especies y ecosistemas? –Volvió a
cuestionar la rata.
–¿Qué? Somos la especie superior. La especie que piensa y
crea –refutó el humano –¿no te habías enterado, alimaña?
–¿Estás seguro? –dijo sarcástico el roedor –¿no eres de la
especie que enciende fuegos artificiales para celebrar a los santos? –prosiguió
mientras el humano sentía un ardor en su ego y se ponía rojo de rabia y
vergüenza –¿No eres de la especie que se somete fácilmente a regímenes y
religiones; y que vive con miedo de pecar hasta por ir a defecar? Yo sólo
quiero subsistir, tú sólo quieres devastar –, concluyó el ratoncito.
El humano retiró su pie amenazante, se alejó lenta e inexpresivamente del lugar,
volteando constantemente a ver al pequeño roedor hasta perderse en la
distancia.
Víctor P.
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