(Artículo del 2018)
El 24 de octubre del 2018 se convirtió en una de esas fechas inolvidables para México al recibir a uno de los proyectos más sólidos y honestos que nos ofrece el rock contemporáneo. Me refiero a Gorillaz, fundado en 1998 por el genio Damon Albarn. Y más aún porque decidieron que México fuese la tierra donde su "The Now Now Tour" cerrara, con la sentencia de que la banda, a partir de ello, se tomará un descanso de al menos diez años... ...ojalá que sea mucho menos.
Ya muy entradas las ocho de la noche abre el telón una veterana banda oriunda de la República Democrática del Congo: Jupiter & Okwess, liderados por el gran Jupiter Bokondji, con los cuales, Damond, ha generado varias colaboraciones y los ha agregado a su gira. Decir que son energía pura es poco. Todo su set es mover el cuerpo a rítmo africano. Nuestraa raíces humanas presentes vibrando completas y ellos con alegría brindando el sonido. Percusiones que despiertan el ADN y poseen al cuerpo con felicidad. ¡Qué mejor apertura!
Como cincuneta miembros del staff corrieron a desarmar y rearmar el escenario por lo que esperamos poco para ver las visuales en las pantallas: "Hello", el ya clásico tema con el que abre la noche Gorillaz:
“M1-A1", del LP homónimo, fantástico debut de la banda en 1998. Los primeros remates en las tarolas hicieron que el Palacio de los Deportes se desprendiera del suelo por in segundo (o más). Seguido de " Tranz", pieza del nuevo material, "The Now Now"; luego Last Living Souls" y la muy esperada "Rhinestone eyes" con la que parecía que el inmueble obra de los arquitectos Félix Candela, Antonio Peyri y Enrique Castañeda Tamborell no iba a soportar. Así de pronto comenzó ls base de "Tomorrow Comes Today" y la melódica de Damon. La canción más emblemática de Gorillaz, todo un himno.
Como cincuneta miembros del staff corrieron a desarmar y rearmar el escenario por lo que esperamos poco para ver las visuales en las pantallas: "Hello", el ya clásico tema con el que abre la noche Gorillaz:
“M1-A1", del LP homónimo, fantástico debut de la banda en 1998. Los primeros remates en las tarolas hicieron que el Palacio de los Deportes se desprendiera del suelo por in segundo (o más). Seguido de " Tranz", pieza del nuevo material, "The Now Now"; luego Last Living Souls" y la muy esperada "Rhinestone eyes" con la que parecía que el inmueble obra de los arquitectos Félix Candela, Antonio Peyri y Enrique Castañeda Tamborell no iba a soportar. Así de pronto comenzó ls base de "Tomorrow Comes Today" y la melódica de Damon. La canción más emblemática de Gorillaz, todo un himno.
En muchas ocasiones Damon se tomaba el tiempo de agradecer al público por su asistencia; ¡público que no dejamos de gritar, cantar, saltar y bailar en todos los sets!
El concierto siguió su emotivo curso con los temas “Every Planet We Reach Is Dead”, y el poema hecho canción: “Magic City” y una de las siempre favoritas: “19-2000”, donde Albarn, estando ya sobre el público, por poco y acaba sembrado en el piso. ¡No podría ir mejor la velada! Y se sueltan los primeros acordes y el video en la pantalla de “Humility”, de esas piezas que no puedes más que cantar a todo pulmón, con Jack Black en la pantalla gigante y el señor Remi Kabaka, parte de ños cameos del clip. La entrada triunfal del fantástico rapero De La Soul en el siguiente set: “Superfast Jellyfish”. Con un ritmo y precisión como si estuviéramos escuchando el disco de estudio.
El video de "On Melancholy Hill" aparece en nuestros ojos en las pantallas en un griterío colectivo que ya preparaba la garganta para corear esta hermosa canción. Seguida de otros dos emotivos temas que nos ajustaron el nudo en la garganta: "El Mañana" y "Fire Flies". Después se manifestó el gran Paven Everett para, con su impresionante voz, cantar "Strobelite" en una delicia de sonido soul. En "Andromeda" se armó un baile y palmsdas masivos de principio a fin y sucedido ello, entró un personaje que no reconocí con el traje de plumas, sombrero de ala ancha y unos lentes tan grandes que más bien eran máscara. Y, ¡sorpresa! ¡El músico y productor Jamie Principle estaba en la casa! Así tocaron otra nueva: "Hollywood", no obstante la ausencia del legendario Snoop Dogg.
El concierto siguió su emotivo curso con los temas “Every Planet We Reach Is Dead”, y el poema hecho canción: “Magic City” y una de las siempre favoritas: “19-2000”, donde Albarn, estando ya sobre el público, por poco y acaba sembrado en el piso. ¡No podría ir mejor la velada! Y se sueltan los primeros acordes y el video en la pantalla de “Humility”, de esas piezas que no puedes más que cantar a todo pulmón, con Jack Black en la pantalla gigante y el señor Remi Kabaka, parte de ños cameos del clip. La entrada triunfal del fantástico rapero De La Soul en el siguiente set: “Superfast Jellyfish”. Con un ritmo y precisión como si estuviéramos escuchando el disco de estudio.
El video de "On Melancholy Hill" aparece en nuestros ojos en las pantallas en un griterío colectivo que ya preparaba la garganta para corear esta hermosa canción. Seguida de otros dos emotivos temas que nos ajustaron el nudo en la garganta: "El Mañana" y "Fire Flies". Después se manifestó el gran Paven Everett para, con su impresionante voz, cantar "Strobelite" en una delicia de sonido soul. En "Andromeda" se armó un baile y palmsdas masivos de principio a fin y sucedido ello, entró un personaje que no reconocí con el traje de plumas, sombrero de ala ancha y unos lentes tan grandes que más bien eran máscara. Y, ¡sorpresa! ¡El músico y productor Jamie Principle estaba en la casa! Así tocaron otra nueva: "Hollywood", no obstante la ausencia del legendario Snoop Dogg.
En "Stylo" la cerveza ingerida me estaba haciendo la invitación al baño tuve que correr y escuchar de lejos la llegada del rapero Bootie Brown en "Dirty Harry" con ese sintetizador inconfundible. Tema que marcó el regreso de De La Soul para la épica "Feel Good Inc.". No podía cantar de la carrera que di y "Souk Eye", pieza con la que cierra el nuevo disco me ayudó a retomar mi ritmo cardiaco. No quedaba más que dejarse llevar por ka marea de brazos que provocó la bonitq " Plastic Beach" y sus hipnóticos procesos electrónicos para desembocar en el primer y único encore de la noche. El regreso con "Lake Zurich", también de los nuevos temas, significó más festividad y danza de las multitudes todo para regresar a 1998 y escuchar " Latin Simon (¿Qué pasa comtigo?), con el trompetista invitado, Abel Virelles Gonzalez y en los visuales, el maestro Ibrahim Ferrer en un profundo y bellísimo homenaje traa su partida ya hmaños atrá, en el 2005. Una leyenda de la música del mundo. Hermoso momento oara estar vivos dentro del mundo que colapsa. Me encanta el bajeo de "Kids With Guns", rola subsecuente con el impresionante rango vocal de Michelle Ndegwa que nos dejó con la boca abierta y el cuerpo derretido. "Clint Esdtwood" nos llevaba al límite y todos cantando como si no hubiera un mañana. "Don't get lost in heaven" al hilo de "Demon Days", con todos, todos a coro en el escenario y en el público. Un cierre de concierto que se ha vuelto un ritual sanador en cada ocasión yvque sin duda nos va aterrizando mientras, con paciencia y carño, se despide de una de las audiencias más leales que puede haber: la mexicana. A la sombra de las visuales, que nis llevan por un recorrido cronológico con el que la banda ha crecido. Con el que hemos crecido todos.
A diferencia de otros conciertos de Gorillaz con visuales piscodélicas, éste fue lo anterior y muchos lo notamos: un viaje a través de la historia y de las sensaciones que se quedaron guardadas como un código en nuestro cerebro. Muchos padres que son de mi generación llevaron a sus hijos, pasando la herencia y la historia a sus manos ahora. Ha pasado tiempo, sí, pero las sensaciones sólo se nutren más.
A diferencia de otros conciertos de Gorillaz con visuales piscodélicas, éste fue lo anterior y muchos lo notamos: un viaje a través de la historia y de las sensaciones que se quedaron guardadas como un código en nuestro cerebro. Muchos padres que son de mi generación llevaron a sus hijos, pasando la herencia y la historia a sus manos ahora. Ha pasado tiempo, sí, pero las sensaciones sólo se nutren más.
Anoche nos gastamos la voz en cada canción y rápidamente la restauramos para cantar la siguiente. Nadie sabe cómo pero testigos hubo miles, más de 21 mil asistentes al Palacio de los Deportes, lleno a reventar, cubierto desde el firmamento por la luna más bella de la temporada. Luna llena de otoño. "A todos los que estàn aquí, les digo: sigan sus sueños...", dijo Damon Albarn después de arrodillarse ante el público. No, Damon, nosotros te agradecemos, les agradecemos todo.
Víctor P.
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